A medida que la demanda de entrega al día siguiente y en el mismo día sigue aumentando, los desarrolladores logísticos enfrentan un desafío familiar que los constructores residenciales conocen demasiado bien: la oposición de la comunidad. En todo el país, los gobiernos locales están imponiendo restricciones o incluso prohibiendo nuevos desarrollos de almacenes que han surgido para satisfacer las necesidades de los minoristas en línea. Este cambio de actitud se puede atribuir a una creciente preocupación entre los funcionarios electos por el impacto que estas instalaciones tienen en sus comunidades, como el aumento del tráfico, el ruido, la contaminación y la presión sobre la infraestructura local.
Según Seth Martindale, director gerente senior de la práctica de consultoría de las Américas de CBRE Group, la creciente tendencia del sentimiento de “no en mi patio trasero” (NIMBY) se está convirtiendo en un problema importante. Como señala, “la gente quiere entrega al día siguiente, pero no quieren ver un centro de distribución junto a ellos”. Este sentimiento fue evidente más recientemente en el pueblo de Deerfield, Illinois, una comunidad predominantemente residencial al norte de Chicago con un alto ingreso per cápita. A pesar del potencial de creación de empleo, el pueblo rechazó una propuesta para convertir un campus corporativo de 101 acres en un importante centro logístico, que actualmente alberga la sede de la gigante de tecnología médica Baxter International.
En respuesta a la creciente oposición, la junta del pueblo de Deerfield aprobó regulaciones de zonificación aún más estrictas el martes, dejando en claro que los desarrolladores logísticos no son bienvenidos en la comunidad. Si bien aún se pueden aprobar almacenes que almacenan suministros para empresas locales, no se permitirán aquellos diseñados para el constante flujo de camiones que transportan bienes de consumo. Como explica Andrew Lichterman, subgerente del pueblo de Deerfield, “estamos enviando un mensaje claro de que los desarrolladores deberían buscar en otros lugares en lugar de pedirnos que cambiemos nuestra zonificación para centros logísticos”.
El mercado inmobiliario industrial ha sido uno de los mejores en los últimos años, impulsado por la creciente demanda de comercio electrónico y la necesidad de más centros de distribución. Sin embargo, el auge ha llevado a un exceso de espacio de almacén, y como resultado, los desarrolladores ahora enfrentan mayores costos y retrasos más largos debido a la oposición de la comunidad. Además, los proyectos de conversión, que se han promocionado como una solución para reutilizar campus corporativos envejecidos y parques de oficinas suburbanos vacíos, también enfrentan obstáculos ya que los gobiernos locales rechazan propuestas para uso industrial.
Según Vince Tibone, director gerente de la empresa de análisis Green Street, la creciente resistencia de las comunidades ha resultado en un proceso de aprobación más largo y complejo para los desarrolladores. En áreas como Nueva Jersey y el Inland Empire en el sur de California, donde la oposición de la comunidad es particularmente fuerte, los inicios de construcción han disminuido significativamente. Tibone también señala que la viabilidad económica de los proyectos de conversión depende por completo de si el municipio local otorga los permisos necesarios.
Esta creciente oposición no se limita a una región; es una tendencia nacional. Como explica Tibone, “a mayor nivel de ingresos, generalmente hay más oposición, más nimbyismo y más recursos para retrasar o evitar el desarrollo industrial”. Algunos gobiernos incluso están bloqueando centros de distribución porque se están quedando sin terrenos para uso comercial y quieren atraer empleos de oficina mejor remunerados en su lugar.
A pesar de los desafíos, los participantes del mercado siguen siendo optimistas sobre el futuro del desarrollo industrial siempre que la demanda de compras en línea continúe creciendo. Según Green Street, el comercio electrónico requiere tres veces más espacio logístico en comparación con los minoristas físicos, y se espera que las ventas en línea aumenten en un promedio del 6,5% anual en los próximos cinco años. Sin embargo, los desarrolladores deberán navegar por la creciente oposición de las comunidades, lo que puede significar buscar ubicaciones alternativas fuera de áreas altamente deseables.
En conclusión, a medida que el auge del comercio electrónico no muestra signos de desaceleración, los desarrolladores logísticos deberán encontrar formas de abordar las preocupaciones de las comunidades si quieren seguir construyendo almacenes y centros de distribución. Si bien el entorno actual puede presentar desafíos, también es una oportunidad para que los desarrolladores muestren su compromiso con un desarrollo responsable y sostenible que sea compatible con las necesidades y deseos de las comunidades locales.